PROXIMA ALIANZA 6 DE FEBRERO 2016 EN IXHUTLANCILLO, HORA DE REUNIÓN, 2 DE LA TARDE EN MONUMENTO A LA INDIA, CRUCERO DE ORIZABA A LA PERLA, CON EL PASTOR JOSÉ AMADEUS PANZO , CALLE LUIS DONALDO COLOSIO.
El
elemento determinante entre lo que Dios puede y quiere darnos y el cúmulo de
nuestras necesidades es la fe. La fe no es otra cosa que creerle a Dios. Diga en
alta voz:
Cuando tenemos esto bien definido, entonces podemos considerar
los aspectos que encierra la fe:
1.
La fe nos lleva a tomar decisiones de alto riesgo (Génesis 12:1-5)

2.
La fe nos lleva a emprender
largas jornadas en busca de un mejor destino (Génesis 12:4-5)

El profeta Isaías nos exhorta a ampliar el sitio de nuestra tienda, a correr
las cortinas y a ahondar las estacas (Isaías 54:2). La fe nos acciona,
nos hace mirar más allá de nuestras posibilidades. El destino ya fue trazado y
el camino para llegar a él ya nos fue indicado (Juan 14:1-6) ¿Qué espera usted
para recorrerlo?
3.
La fe nos lleva a esperar a que
suceda lo imposible (Génesis 17: 1-27).
Tanto para Abraham como para
Sara tener un hijo era no solo un imposible sino también un absurdo dada la
edad que ambos tenían y por la esterilidad de Sara. Pero la persona de fe no cree
solamente en hechos sino que mediante su plena confianza en Dios espera que
suceda lo humanamente imposible. La fe no se detiene en los
hechos, va más allá. La fe da por sentado que lo que Dios nos haya prometido,
se cumplirá. La fe es una solemne confianza en lo que Dios ha dicho en razón de
su carácter y naturaleza. Dios no sabe ni puede mentir,
y ese es el mayor garante de la Palabra que salió de su boca.
4.
La fe nos lleva a entregarlo
todo (Génesis 22:1-19).
Abraham sabía que al sacrificar a su hijo,
toda esperanza de ser padre de multitudes quedaría arruinada y que las promesas
que lo señalaban como un futuro padre de muchas naciones ya no se cumplirían.
Pero no obstante decidió confiar en el Señor y rendirle a él lo más preciado que tenía en ese momento: su hijo
Isaac. Un cristiano convencido de a quien le está creyendo estará dispuesto a
sacrificar todo lo que Dios le pida y lo más precioso para él en procura de
agradar a su Dios y Señor. El no argumentará contra lo que Dios le esté
pidiendo, simplemente obedecerá; él no cuestionará a Dios por la forma en que
lo hace, simplemente es preguntará:¿Por qué no lo había hecho antes? La fe no
se detiene a reparar en lo que da, sino en las razones por las que damos.
Fe no es tanto lo que uno cree, sino lo que uno hace con lo que
cree. Y si lo que creemos no nos lleva a hacer algo, ¿para qué lo creemos?
(Santiago 2:17) ¿Qué está usted haciendo con su fe? ¿Dejará pasar las nuevas oportunidades
que se le están dando como lo hizo la primera vez?
La fe es capacidad que el Espíritu Santo da para que creamos lo que Dios nos
afirma desde su Palabra.
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